¡En vivo!

Me declaro una adicta a los conciertos. La emoción que te hace sentir escuchar los acordes de tus rolas favoritas a todo volumen y saliendo directamente del instrumento es simplemente invaluable. Además en todo el lugar, generalmente repleto de gente, y sin importar el tamaño del mismo, se genera una vibra colectiva que te recarga las pilas. Cuando escucho a una gran masa corear una canción ¡¡¡se me pone la piel chinita!!!! Y ni qué decir de los segundos de total adrenalina, esos cuando se apagan las luces porque están a punto de aparacer las estrellas que iluminarán esa noche. Hay bandas que hacen todavía más emocionante ese momento preparando una salida espectacular y confesaré ahora, que me muero de curiosidad por ver salir a Bill y su gran cabellera sobre un escenario mexicano... ¿tú a quién quieres ver?

Uff los exámenes

¿Qué es más estresante? ¿Hacer el exámen o esperar el resultado? Esos días en los que esperas la calificación para mí eran los más angustiosos porque ya no había nada más por hacer. Lo hecho, hecho está y sólo queda vivir en el ácido efervescente de la espera. El momento antes de la terrible prueba es estresante pero al menos puedes hacer algo, o vuelves a dar el último repaso o le llamas a tu amiga la nerd para que te recuerde cada detalle de los apuntes. En cambio, mientras esperas el resultado, tus nervios pueden alcanzar sus máximos niveles y no hay nada que hacer... sólo esperar. ¡Ay que angustia!
Además, hay profes impredecibles, que cuando crees que te van a tronar horrible resulta que te felicitan y ¡hasta te suben puntos! Esas emociones fuertes son las que hacen que nuestra vida tenga acción y que cada día que pase nuestra personalidad y nuestro carácter sean más fuertes. Así que, a hacerles de frente y como dice Natasha Bedingfield "Live your life with arms wide open
Today is where your book begins" (Vive la vida con los brazos abiertos, hoy es cuando tu libro empieza). Y aquí te dejo el video para la inspiración :)